¿Qué hicieron con Quito?

Aquel personaje generado con luces de color verde era totalmente claro al indicar de que era el turno de los peatones, crucé por la línea cebra, costumbre poco común en esta ciudad pero mi acostumbrada distracción al caminar se vio interrumpida por el pito estridente de una camioneta Ford, pretendía con su ruido que camine rápido para poder pasarse el rojo. Obviamente no lo hice y me quedé parado en mi derecho de vía mirando cómo el conductor de esta camioneta montaba en cólera y algo intentaba vociferar. Respondí sus epítetos con unos más elegantes.

Esto es un día a día en la que alguna vez fue la pacífica ciudad de Quito, las calles caotizadas con el tráfico y buses colapsados hierven la sangre los ciudadanos quienes como una bomba de tiempo salen dispuestos a defenderse contra cualquiera que busque agredirlos, y otros, confiados por una capacidad económica o simplemente una marca de auto salen a "exigir respeto". ¿Cuándo nos llenamos de vivos, sapos, mañosos, insolentes, prepotentes y déspotas? ¿En qué instante esta ciudad se convirtió en el antónimo de la convivencia y hace honores a la pugna de clases sociales, ideologías y hasta género?

¿Qué rabia te consume Quiteño? No le eches la culpa a tu vecino, ni a tu trabajo, ni a tu matrimonio, ni al tráfico o al Alcalde, que aunque yo también lo he criticado es evidente que el problema es más de fondo, Quito sufre de una grave y profunda crisis de valores.

¿Este es un día a día en Quito? Lamentablemente sí

 El problema con las crisis es que te absorben, intentas no contagiarte pero no puedes hacerlo, en mi caso he intentado pero ya han sido más de uno los intercambios verbales con conductores y gente que quiere pasarse de vivos, insolentes y aprovechados, es que sinceramente el ambiente de esta ciudad me generó un marcado rechazo a los quiteños que se dan de sofisticados y prepotentes con dinero de sus padres, o como los llamo yo, "mijos". Se trata de jóvenes y adultos cuyas madres nunca asumieron su rol y heredaron a la sociedad niños que nunca aprendieron la palabra: Respeto. El caso es que esta actitud de enfrentarse unos con otros termina siendo una epidemia que se contagia, nos corrompe y está acabando con nuestra ciudad.

  
 Representación de los "mijos", en este caso en Fiestas de Quito.

Este tipo de emociones se vuelve común, grupos que rechazan otros y una ciudad violenta que toma forma y donde se supone crecerán nuestros hijos. ¡Basta! hagamos una reflexión y aprendamos. El cambio de esta ciudad empieza desde nosotros con una simple actitud basada en el respeto. Dejemos de lado la envidia e indiferencia con la gente, aprendamos que cediendo el paso, saludando, siendo honestos esta ciudad podrá ser de nuevo un buen lugar para vivir.

Este cambio también es responsabilidad de las Autoridades Municipales, esto no se resuelve con campañas publicitarias, se resuelve con el ejemplo. Siendo conciliadores, eficientes y honestos.

Volvamos a creer que esta ciudad es vivible, no hace falta envidiar a otras ciudades alrededor del mundo pues lo único que crea a las grandes sociedades es su espíritu de convivencia, aprendamos a tenerlo sin importar la plata que ganes, el trabajo que tengas, el carro que conduces, si vives en Solanda o en Cumbayá, o lo que sea. Sé mejor persona con los demás, ya es tiempo que haya mejores seres humanos en esta ciudad para por fin aprender a ser sociedad. Al menos eso queremos para nuestros hijos.






Comentarios

  1. Qué excelente! pensé que era el único que pensaba lo mismo, día a día veo injusticias, que al tratar de cambiarlas y solucionarlas; me veo envuelto en una nueva pelea de esta ciudad. Debemos difundir respeto y sobretodo amor, aunque suene raro, pero eso es lo que necesita nuestra ciudad.

    ResponderBorrar
  2. jajajaj ya se de dónde salió la patada voladora de https://www.youtube.com/watch?v=kIjYYw0LoOU

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares