Paciencia

Eso le pido a usted querido lector, paciencia.

Que en el proceso de aprendizaje constante del aspirante a escritor existen auto descubrimientos. En mi caso, la revelación de haber sido un escritor inspirado por la indignación, cuyas letras fueron forjadas gracias a la crítica, el reproche y la diatriba. Es bueno encontrarse ese tipo de virtudes.

Sin embargo, el problema surge cuando los escritores así nos enamoramos. Es que de repente, no hay nada que debatir. Y resulta que desempolvamos la poca habilidad por la poesía y la retórica romántica. No dejamos de escribir, pero empezamos a hacerlo para una sola persona. Madurez que la llaman.

Paciencia lector, que aún vivo en una ciudad que detesto, aún hay cosas alrededor que pienso deberían manejarse de forma diferente, y aún me queda tanto por despotricar.  Pero es que ella hace que todo se vea tan bonito, que lo demás me vale tres soberanos y revolucionarios quintales de verga.

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