No existe lo perfecto, pero podemos perfeccionar lo que existe.

Lo mejor de mi vida no estaba planeado. 

Y puede que así mismo sea el orden de lo maravilloso, un caos completo que nunca termina.

Como conocerte en un lugar inesperado, dejar de verte de una manera y descubrir en tus ojos otra posibilidad. Temer cuando todos se lanzan y lanzarnos con temor en los primeros días, sentir ganas de presumir a esa persona que te acompaña a escondidas porque en ese caos perfecto estábamos encontrando la felicidad.

Y son estas ganas de hacer las cosas bien las que dieron nombre y apellido a nuestra historia, lo que firmaba en el viento lo que éramos y lo que queríamos ser. Cuando entre bromas y sueños compartidos hablamos de unir nuestras vidas y así fue, lo hicimos.

No existe lo perfecto, pero cuánta perfección ha existido en estos años a tu lado. Pese a mis errores, a nuestra ocupada vida, a una pandemia y a todos nuestros cambios, hemos construido algo único, irrepetible y especial: un hogar.

Lo mejor de la vida no se planea, solo pasa. Y qué afortunado he sido de haber pasado por tu vida un momento, pequeño, especial para que en adelante nos cambie la vida. Qué afortunado he sido en coincidir contigo en un mundo sobrepoblado y desconfiado, en empezar una historia que no debe acabar nunca.