Ecuador en tiempos de crisis económica: Bolsas y bolsones


Cifras en rojo, estrés al límite y tensión por parte de quienes  comprenden los hechos de las últimas semanas; Estados Unidos teme una recesión, las bolsas europeas sufren severas caídas y analizan soluciones para blindarse ante la crisis económica mundial, las agencias calificadoras están bajo la lupa, grupos juveniles alrededor del mundo se manifiestan preocupados por el desempleo y la dificultad para la compra de viviendas, mientras tanto en algún lugar de la ciudad de Quito, las juventudes manifiestan su opinión acerca de los hechos actuales:
- “Oites vé, ya vistes que estrenaron una de rápidos y furiosos en El Recreo, vamos a ver ve, llévale a la Shirley”.
Perdón, mejor probemos en otra parte de la ciudad.
-“Amigui, verás que mañana es el cumple del Juanfer y le vamos a hacer una caída, no te harás la loca, verás que siempre me fallas en las chupetizas…”.

Olvídenlo, será mejor prescindir de las opiniones de nuestra juventud y empezar con el análisis de los representantes económicos de nuestro país.
A ver, ¿Representantes? ¿Cuáles? Un país cuyos principales exportadores como el banano y las rosas pierden competitividad debido a un deficiente apoyo del gobierno, donde las remesas estabilizan en algo una economía poco planificada. ¿Quiénes son nuestros representantes si hace tiempo la revista SOHO publicó que la bolsa de valores más aburrida del mundo es la de Quito?

¿Tenemos realmente una bolsa de valores?¿valores? ¿como los que nos enseñaron en el hogar? Esos son valores. En la bolsa de valores de Ecuador la envidia se cotiza al alza, seguido de la viveza y la hipocresía, mientras la honradez, civismo y esfuerzo están sufriendo severas caídas. Siendo así, estoy seguro que si algún día se le encuentra rentabilidad a la envidia, Ecuador sería una potencia mundial.

Nuestro Wall Street se llama Calle Ipiales, lugar donde realmente se mueven los mercados. A veces especulan como es costumbre de todas las bolsas mundiales, a veces las acciones se cotizan al alza cuando cobran por lo que venden lo que les da la gana, o se puede conseguir con un regateo que un producto se cotice a la baja.

Tenemos los más hábiles y veloces corredores de bolso, sí, de bolso, lo arranchan a mujeres desprevenidas y verá como corren. Tenemos inversores, no es gente que invierte, sino que todo lo hacen a la inversa: “¿Va a comprar para bajarle? “. Tenemos los mismos griteríos de Wall Street en los pasillos, con la diferencia de que hay un fondo de reggaetón provisto por el local de discos piratas.

Ay país, se creyeron ingenuamente la caricatura que mostraba a un pato disparando al suelo y al encontrar petróleo cantaba “Soy rico”. Necesitamos medidas y análisis  reales, pero mientras se atacan unos a otros, se atienden problemas de ego, juicios absurdos, no nos preparamos al duro golpe que se avecina. Amigo lector agárrese bien que las caídas económicas duelen y bastante.
 

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