Con corazón caliente y cabeza fría
Esperen. Detengamos el transcurso normal de los acontecimientos y revisemos el guion.
Imaginemos una realidad alterna en la que el miedo no toma decisiones, donde se pueda hablar claro y no escondamos tras negociaciones otras intenciones. Supongamos que las palabras no nazcan de heridas abiertas, que los límites se marquen únicamente por autoestima y disciplina. Supongamos que el amor pueda activar también su micrófono y opinar sobre sus necesidades sin juicios ni cobardías.
Volvamos a los planos, que este derrumbe todavía se puede evitar.
Cimentemos con gratitud nuestro pasado, que lo firme se construye igual en roca que en pantano. Hablemos con confianza sobre lo no negociable, que entre la luz por los ventanales transparentes de nuestros ideales. Admitamos nuestros errores porque en el proceso pocas veces seremos los mejores. Evitemos abandonar obras que ya tienen grandes inversiones de tiempo, energía, amor y compañía. No dejemos inconclusas las ilusiones de mansiones llenas de alegrías que hay pocas personas que son hogar y muchas que ofrecen cortas estadías.
Que en las obras grises la gente imagina, y en los días grises no siempre hay salida.
Imaginemos que podemos avanzar con corazón caliente y cabeza fría, dejando atrás lo que quemó tanto nuestra autoconfianza y esperanza. Me reconozco en este mundo, sin héroes ni víctimas, entendiendo que me puedo equivocar, insistir o precipitar. Pero la felicidad no es un lugar al que llegar, sino el milagro de hallar a quien esté dispuesta a acompañar.
Detengamos el transcurso normal de los acontecimientos, porque esto no es normal. Caminamos con cicatrices todos, y coincidir se ha vuelto algo excepcional. Llamamos “amor moderno” a la indiferencia, renuncia y estrategia, a la distancia, la insensibilidad y la carencia, a creer que hay opciones infinitas en un mundo donde nadie cierra sus heridas. A negarnos posibilidades cuando por dentro el corazón, encerrado en su celda, trata de que escuchen sus verdades.
Y así nos alejamos, como si existieran muchas salidas, cuando a veces es más humano pedir perdón con el corazón caliente y la cabeza fría.

Comentarios
Publicar un comentario