Si volví a salir contigo
Algo que contar antes de cerrar el año y antítesis de uno de los mejores artículos de este blog: Si dejé de salir contigo
Que no te extrañe si un día, volví a salir contigo.
No se trata de mi pasado ni del tuyo. Déjame te lo explico.
No volví a salir contigo porque me invadía la nostalgia.
Quizás por un tiempo olvidé tu nombre; tu perfume en mi almohada se perdió sin dejar rastro o ya ni recordaba la melodía dulce de tu voz.
Quizás fuiste parte de una historia que dimos por cerrada, una llama que creímos apagada, un capítulo que dejamos ir sin decir nada.
No volví a salir contigo porque quisiera desenterrar el pasado.
Quizás ya no pienso tanto en el futuro, pero me mudé a vivir en el presente.
No busqué encender las cenizas ni repetir una historia cuyo tiempo caducó repentinamente.
Tal vez solo fue el recuerdo de un buen amor lo que te trajo, esa curiosidad que despierta un mensaje y la pregunta inevitable de qué hubiese pasado si la vida, en ese entonces, no nos hubiera quedado tan grande o ambos ya hubiésemos madurado.
No volví a salir contigo porque te extrañaba.
Quizás ya me había acostumbrado a dormir sin ti, mis alegrías y mis problemas ya no buscaban tu nombre, hombro ni consejo y aunque en mis anécdotas te mencionaba con cariño, no guardaba esa esperanza terca y loca de volver a encontrarte.
Simplemente, te tenía en mente y corazón, como se guarda la joyería de oro, como se arriman las fotos, como quien estuvo y pudo estar.
No volví a salir contigo porque me quedé sin opciones.
A pesar de esta ciudad cerrada y absurda, tuvimos pasiones y probamos amores, nos arriesgamos a lo nuevo y sobrevivimos decepciones.
Puede que no seas ahora la única, aunque sí la más especial, y que el tiempo contigo siempre tuvo otro ritmo, como si el mundo, contigo, se sintiera un poco menos hostil y más pasional.
No volví a salir contigo porque me di cuenta de que te quiero.
Quizás es verdad eso de que los hombres nunca dejamos de amar, que la gente simplemente no se puede olvidar y que esto que hace mucho pasó, haya sentido en una noche que se podía reanimar.
Simplemente, tras terribles y recientes errores, recordé eso que me decías: que a veces dejamos ir a gente valiosa por miedos y tontas fantasías. Y con la madurez que hoy tenemos, con la historia que ya cargamos, busqué tu número y me supiste responder con un “te extraño”.
Y esa noche, varios años después,
volví a salir contigo.

Comentarios
Publicar un comentario